Sobre los límites de las artes: conversación con Juan Bedoya
Foto: Espinof
Laura Andrade Avella
Universidad Nacional
En nuestro club de lectura solemos tener conversaciones maravillosas como la que van a leer a continuación. Juan es estudiante de ingeniería, cine y televisión, y yo de artes plásticas.
Laura Andrade: ¿Qué es el cine?
Juan Bedoya: Anteriormente se grababa usando rollos de película de celulosa transparentes, de forma que eran proyectables en una sala oscura. Entonces lo observado es, a fin de cuentas, la película de dichas cintas y tal denominación prevaleció durante más de cien años de uso constante. Aquellos rollos son una colección de imágenes y, bajo esta premisa, un tik tok también es una expresión cinematográfica.
LA: Pero, ¿tales colecciones no deben de tener ciertos parámetros?
JB: En el experimento Kuleshov se demostró que solo con el manejo del tiempo se podía estructurar la narrativa de una película, por tanto una secuencia de imágenes ordenadas es ya una expresión cinematográfica. El filminuto, por ejemplo, se vale de sí mismo y perfectamente podría ser grabado en el formato de un tik tok.
LA: Discrepo en el sentido de que, tomando el caso de la fotografía, las imágenes pueden ser ordenadas y entendidas espacialmente a través del tiempo, sin constituir por ello una expresión cinematográfica. En cambio, el cine mantiene una secuencialidad determinada por un medio que permite que, virtualmente, sea posible jugar con la complicidad del espectador.
JB: Entonces definiría al cine como cualquier material de registro en el cual haya una escultura del tiempo, como diría Andréi Tarkovski; todo arte tiene una esencia o un material del que se sirve para comunicar. Se dice que el séptimo arte engloba a las otras formas de arte. Sin embargo, Tarkovski diserta declarando que, de ser así, nada le distinguiría de ellas. El cine no es un mero aglomerado sino que su idiosincrasia reside en el montaje como paso transversal al guión y a la grabación para finalizar la película. En él se selecciona entre el material filmado y se configura en una estructura verosímil, para que dicha escultura del tiempo derive en un mensaje.
LA: En la actualidad es muy frecuente observar que no nos interesamos en saber si tal o cual imagen es, por ejemplo, una pintura o una ilustración digital. En contraposición tenemos también muy clara la diferencia entre una película y un tik tok. ¿En qué punto dejamos de considerar al objeto de nuestro análisis, obra?
JB: En nuestra sociedad globalizada, para diferenciar la obra del contenido podemos observar la manera en la que este se consume y difunde. Es evidente que el conocimiento de la obra suele mantenerse en ciertos círculos sociales mientras que el contenido pertenece al torrente de imágenes, hecho para el instante, y, por contraste, la obra sí aspira a la trascendencia. Encuentro otro punto clave de dicha diferenciación en la consciencia del lenguaje intrínseco, en la intención de simbolizar y realizar toda una producción alrededor de ello más allá de un mero entendimiento técnico.
LA: Me parece, entonces, que los límites entre las artes están mediados más por la técnica que se le relaciona a ellas. ¿Es útil hablar, entonces, de los límites del arte?
JB: En el libro de Umberto Eco El nombre de la rosa, Baskerville, el protagonista, mientras habla con su discípulo, explora la idea de que un libro no es un libro si nadie lo lee y por ende no puede comunicar. Para mí, la funcionalidad del arte reside en su capacidad comunicativa y la sociedad lo define y redefine por consenso.
LA: El arte no es unívoco, la obra de arte es inexacta y en su indeterminación subyace la expresión, la crítica política y social, el autoconocimiento o la vía terapéutica como ejemplos de su potencia. El poder cultural en el medio de arte, a mi parecer, es el delimitante más claro de lo que se considera o no arte, como se menciona precisamente en la teoría institucional del arte.
JB: Cuando digo que la definición es un consenso no me refiero que sea una un concepto intransmutable con respecto al tiempo u a otros factores, pero considero que la gran mayoría de nosotros, los espectadores, estamos en capacidad de llegar a un punto en común. Ahora, existe una barrera en cuanto al acceso al arte. Esta serie de limitaciones logísticas y matéricas son las que realmente otorgan ese poder que mencionas para definirle. Más allá de la universalización, es pertinente expandir sus fronteras de forma que toda la riqueza inmersa en la expresividad humana pueda ser apreciada por igual.
LA: El que una institución cultural determine si tal o cual cosa es arte o no en determinado momento histórico no significa que lleve la razón. Es bien sabido que cada cierto tiempo, al revisar los archivos de expresiones artísticas, se reencuentran como obras de arte. Quizá sea más plausible entender al arte como un espectro en constante fluctuación frente a nuestra experiencia humana.